martes, 22 de marzo de 2011

Ser Músico (No Es Para Cualquiera)


Probablemente no seas merecedor de leer esto, porque probablemente no seas músico. ¿Cuántos músicos realmente conoces? Seguramente "muchos", y seguramente estás equivocad@

Todo sucedió de pequeño, mis padres querían que sus hijos fueran unos genios y cuando mi hermano entró al Conservatorio yo insistí en ser el próximo, y así fue; entonces me dí cuenta de lo aburrido que era y lo olvidé.

No, no es el fin de la historia, 6 años después cuando jugaba con mi cocker spaniel fue que la escuché: era una canción que yo conocía perfectamente, pero nunca había escuchado en mi vida, no tenía letra, sin embargo la melodía llevaba voz, durante varios días me acompañó cuando yo acompañaba a Perla. Cada día era mejor, yo iba agregando voces, instrumentos, hacía variaciones, incluso imaginaba un videoclip, tenía un estilo como entre rock & roll cincuentero y mambo; me siguió durante 2 años hasta que dije: "Mamá, quiero estudiar música".

El regreso al conservatorio fue algo extraño, muchos maestros me conocían ya (por el año que estuve cuando era más pequeño), juraban que yo era un genio y que me tenían todo el cariño del mundo, pero yo realmente apenas y me acordaba de ellos, me era molesta tanta atención. Al contrario del carácter que siempre tuve en la escuela, decidí no hacer amistad, ser un ñoño y aprender todo sobre música; al fin podría dar vida a esas melodías que llegaban a mi mente y no sabía como desarrollarlas. Patrañas, rápidamente encontré amigos y me hice popular, con la ayuda de los maestros que se encargaban de decir que yo era un niño prodigio. Después de mi primer año formal de estudios me dijeron que tenía la capacidad suficiente para ingresar al nivel técnico, por lo que me evité otros 2 años de iniciación y adelanté a todos mis compañeros, ahí comenzó lo bueno.

Esto no es una autobiografía, pero era necesario contar lo anterior para llegar a lo importante: Todo esto me hizo decidir que iba a ser músico, no había vuelta atrás. Terminé la preparatoria al mismo tiempo que el nivel técnico de música, ingresando a la Licenciatura; algo que en el Conservatorio de Puebla está considerado un milagro, ya que la mayoría deja la música antes de llegar a este nivel.

1. ¿Qué vas a estudiar?
1.1 La Hipocresía

Esta pregunta es el primer fantasma que todos los músicos enfrentamos: ¿Qué vas a estudiar? Los que nos sentimos seguros de que ningún prejuicio nos va a afectar respondemos con toda seguridad: Música - "¿Música...y qué más?" - Respondo: nada más

1.2 La Realidad

Esta pregunta es el desafío más grande de adrenalina que tiene un músico. Ya sabes que quien te está preguntando esto es un ignorante, todos lo son; todos los que no están dentro de este mundo intelectual llamado música son así. Pero en realidad nos encanta que nos lo pregunten, porque te gusta ver la cara de pendejo de la otra persona cuando esta pensando: "pobre imbécil, se va a morir de hambre", esta cara la ponen justo en el momento en que estás respondiendo: Música - "¿Música...y qué más?". La verdadera respuesta a esta pregunta es interna, mientras dices sutilmente: "nada más", tu mente ha tenido cientos de pensamientos:

¿¡Qué más!? ¿¡Qué más!? Est@ idiota (por lo general son las amigas de tus padres o de tus abuelas las que hacen esas preguntas, incluso familiares) me pregunta si voy a estudiar algo más, como si pasar horas con un libro de solfeo frente a un metrónomo tratando de solfear lo más rápido y preciso posible las lecciones, educando al oído para que no confunda las terceras menores con las mayores y luchando con las notas agudas que te exigen las lecciones. Terminas esto y corres a tu piano, a perfeccionar toda la agógica y dinámica, porque se requiere del movimiento correcto para que el sonido sea el ideal y sea fiel al autor (que tuviste que estudiar por horas, así como los estilos que éste escribía); todo esto para tocarlo ante un público que no lo va a notar, porque para ellos tocas bonito o feo y ya, pero en realidad son unos idiotas que no te están escuchando, porque ni siquiera escuchar saben. Y cuando terminas cada concierto te van a felicitar por haber  "tocado tan bonito" cuando tu sabes que el fraseo no fue siempre el correcto y que en algunos momentos, los nervios te hicieron tocar más fuerte el acompañamiento que la melodía principal y aún así tienes que fingir que te da gusto que te feliciten, como ellos fingen que no están nada aburridos, ni rezaban porque esa aburrición terminara. Pero eso sí, después de todo esto, esperan que estudies algo más porque "la música no es una carrera".

2. Yo Tengo un Amigo que También es Músico

"Entonces te gusta la música..."
No idiota, no me gusta la música: estudio música, que no es lo mismo. La música no es un hobbie que te pueda gustar; la música es algo que tienes que entender, es algo que debes dominar, es algo que debes vivir. Siempre he dicho que si no has odiado la música unas cuantas veces, estás lejos de ser músico.

"...es que yo tengo un amigo que también es músico"

"¿Ah Sí? ¿y dónde estudia?"

"No, no estudia. Tiene una banda de rock, es lírico"

¿Me estás diciendo que un teto que repite los mismos 3 acordes en una guitarra distorsionada con un ritmo totalmente cuadrado es igual que yo? y todavía lo sazonas diciendo que el aprendió música por obra del espíritu santo y yo llevo años en el conservatorio porque soy entonces un idiota que necesita que le enseñen. Les diré un secreto: TODOS LOS MÚSICOS SOMOS LÍRICOS; la diferencia entre los que estudian y los que no es sencilla. Los que no estudian son unos mediocres, creen que tener buen oído los hace saber todo y todavía se animan a componer. Por lo general son ellos los que venden discos y no proponen nada más que una repetición de la música que se ha hecho durante los últimos 50 años, ¿sabes por qué? porque no conocen las reglas, entonces las siguen. Para poder innovar hay que romper las reglas, y evidentemente, para poder romper las reglas, hay que conocerlas.


3. "Toca Algo"

Esta me gusta mucho, es una sonata de Beethoven (ya se requiere un buen nivel para tocar sonatas de Beethoven)

"Sí, tócala"

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Comienzas a tocar, no comenzaste de la manera perfecta, pero sabes que para ese público la interpretación no es importante, lo importante es tocar las notas correctas y ya estas esperando escuchar "eso", entre más tardan más te sorprendes, pero siempre lo escucharás...

"Bla Bla Bla..."
Por fin, ¿Me vas a escuchar o vas a usarme de música incidental en tu conversación? A los músicos nos gusta que nos escuchen, pero por lo visto sólo les adornamos el panorama. Te tragas las ganas de decirles lo idiotas que son y sigues hasta que, no conformes te dicen:

"Oye, esa está muy aburrida, no te sabes la nueva de Camila"
Déjame ver si entendí. ¿Tú crees que yo estoy día a día, horas en el piano, para tocar los últimos reciclajes de los 40 principales? ¿Me estás diciendo que Camila tiene la misma complejidad técnica e interpretativa que Beethoven?

No puedes evitar matar a la persona con la mirada, es inevitable y los demás lo notan y piensan que no puedes ("Taantos años en la música y no se sabe mi canción preferida"). Sabes que lo están pensando, y por supuesto sabes que la puedes tocar, así que defendiendo tu ego, accedes y la tocas. De pronto tu espectador es tan feliz como lo sería un maestro escuchándote tocar Rachmaninov a la perfección y tu estás pensando: bueno, al menos lo está disfrutando.

No terminas de pensar esta idea, ni has terminado de repetir por tercera vez los mismos 3 acordes, cuando la voz te interrumpe: "bueno, ya ya ya! ahora la nueva de Sin Bandera...."

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