El día de hoy sucedió algo gracioso, a diferencia de ocasiones anteriores, todo el mundo sabía que estábamos a punto de sentir un temblor, ya que las alarmas de la aplicación Skyalert lo notificaron. De pronto no sabíamos que hacer, si aprovechar el tiempo de ventaja y bajar por el elevador, bajar por las escaleras o quedarnos en el piso 23 como en los temblores anteriores y disfrutar del movimiento telúrico desde las alturas. Al final optamos por la última opción y no sucedió nada. Un rato después se escuchó nuevamente la alerta, pero ahora del móvil de otro compañero, lo que nos hizo pensar que tal vez hubo o habría algún temblor, pero las notificaciones estaban desfasadas.
Lo curioso de todo esto fue lo siguiente. Afuera se podían ver personas de otras oficinas evacuadas, esperando no se qué y todas con teléfono en mano. Esto me hace cuestionarme si estamos explotando la tecnología para sobrevivir o más bien estamos sobreviviendo a ella. ¿Por qué me cuestiono esto? Porque sabemos que Skyalert es una aplicación no oficial, es decir, ¿Por qué le creemos? ¿Por qué no corrroboramos la información que de esta aplicación antes de entrar en pánico y correr en círculos?
Unos minutos después bajé a la torre de junto, ya que tenía antojo de una Coca Cola (Patrocínenme), y me percaté que en esa torre aún estaban todos estaban evacuados y (para mi mala suerte) la tienda estaba cerrada. Todos tuiteaban como robots y nadie observaba lo que sucedía alrededor. Considero que esto es lo menos inteligente que se puede hacer en una situación como esta, ya que esas personas solo estaban haciendo más grande el rumor de un temblor que hasta ese momento no había sido confirmado por medios oficiales. De pronto teníamos en twitter un nuvo Trending Topic: #NoEraTemblor haciendo referencia al famoso #NoEraPenal
Para no hacer largo el cuento debo decir que el Sismológico Nacional, a través de su cuenta de Twitter publicó que el sismo de 4.1 grados había ocurrido 40 minutos antes del pánico, y por supuesto, en un país con una actividad sísmica como la de México, nadie lo sintió, pero todos hicieron drama sobre ello.
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