martes, 12 de agosto de 2014

Feminismo desde el punto de vista de un Hombre

¿Te imaginas un mundo donde los hombres vivan alguna de las situaciones incómodas que muchas veces viven las mujeres? Probablemente no, y es que seguimos la corriente de la cultura que nos tocó vivir y pocas veces cuestionamos por qué las cosas son como son.

Desde pequeños nos han dicho cómo debemos comportarnos, y esto incluye grandes diferencias entre cómo debe comportarse un niño y cómo una niña, pero esto no es lo más grave. Lo verdaderamente preocupante es que dentro de estos roles que debemos aceptar, muchos no son equitativos.

Un video que recientemente se hizo viral muestra cómo sería el mundo si los hombres de pronto tuvieran las obligaciones y las restricciones sociales que tienen las mujeres:


Por supuesto que este video te pone a pensar y hasta cierto punto da risa. Y la razón por la que da risa es precisamente porque hay cosas sumamente absurdas. ¿Entonces qué podemos hacer? ¿Revelarnos contra el sistema opresor que nos obliga a comportarnos de cierta manera? Pues no. Al menos en los países occidentales no hay un sistema que nos "obliga" a comportarnos de cierta manera, somos nosotros quienes lo hacemos porque así nos educaron, porque es parte de nuestra cultura y porque hasta cierto punto, ya nos acostumbramos.

¿Entonces no hay que revelarnos? No, no es necesario, lo que debemos hacer es cambiar nuestro modo de actuar. Antes de continuar quiero hacer evidente que estoy hablando en plural, ¿Y por qué plural?... Porque los hombres también debemos comportarnos de otra manera, ya que este no es un problema de sexos, es un problema social que nos involucra a todos.

¡Vale! Ya dejamos claro que los hombres son parte importante del problema, pero no se trata de caer en esa actitud feminista absurda de "Hombres necios que acusáis a la mujer", nada de eso. Si vamos a cambiar el modo en el que nos comportamos, los hombres tienen que modificar su comportamiento y las mujeres el suyo, ya que por cuestiones culturales las mujeres han contribuido a participar en sus propia contra.

No es raro escuchar a una mujer decir que se depila porque "la sociedad la obliga" o usa zapatillas de tacón por la misma razón, pero yo me pregunto, ¿Quién las obliga? Una cosa es sentir presión social y otra es que te obliguen (no está en la constitución, pues). Todo cambio social requiere valor, así que ¿No les gusta depilarse?... No lo hagan y enfrenten las consecuencias y con el tiempo lograrán un cambio. ¿Las zapatillas de tacón les lastiman?... Si de verdad no les gustan, no las usen, ustedes mismas son quienes las compran, nadie las obliga. Por otro lado, es común escuchar frases como: "Esto es muy difícil para mi", "Esas son cosas de hombres", "¿Cambiar una llanta?". Si ustedes mismas no se toman en serio, ¿Cómo buscan alcanzar un verdadero cambio? Si esperan un príncipe azul que les solucione la vida, después no les sorprenda que él quiera tomar decisiones por ustedes.

Playera para niñas con la frase olvídate de las princesas, llámame presidente
No es sorpresa que existan este tipo de actitudes cuando desde pequeños nos enseñaron que el mundo es azul o celeste. Es comprensible a muchas mujeres les aterre manejar si desde pequeños nos enseñaron que los coches son cosas de hombres; por otro lado, tampoco es sorpresa que a los hombres nos aterre el aceite de cocina si nos enseñaron que la cocina es cosa de niñas.


También es importante recalcar que en este tema, el hombre no es el enemigo, sabemos que los hombres a lo largo de la historia han construido esta sociedad a su favor, pero esos hombres ya quedaron en la historia; el enemigo real somos todos, es la cultura sexista que hemos construido comenzando desde algo tan inocente como los juguetes que nos regalaron en la infancia. Vivimos otros tiempos y sabemos que es necesario tomar en cuenta que, para lograr un cambio no basta con cambiar nuestra mentalidad, es necesario cambiar los hábitos. Así es como se gana una revolución, y aunque tal vez a nosotros tal vez no nos toque verlo, créanme que nuestra próxima generación será diferente si hacemos las cosas bien.

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